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Diez lecturas con periodismo al fondo

El lenguaje, la palabra, ese código indispensable con el que la mayoría nos comunicamos es a su vez la herramienta fundamental en el ejercicio del periodismo. A lo largo de los años la convicción de que la lectura es uno de los mayores formadores para cualquier periodista se ha ido afianzando aún más y soy de los que defiende que siempre hay que tener a mano una novela, un ensayo, un poemario, cuentos, crónicas, etcétera como parte de nuestra rutina. Siempre es un buen momento para reiterar el propósito lector. Como todo conjunto de recomendaciones, la que he elaborado esta tamizada por el gusto personal, obviamente, y por la ausencia total de una hoja de ruta sobre qué leer o no en cada momento. De manera que a continuación se desgranan sin orden de preferencia una serie de libros que por diversos motivos me han marcado o gustado y que tienen como único punto coincidente que, de una manera u otra, giran alrededor del periodismo.

1.- Noticia de un secuestro. Gabriel García Márquez

Cuando leí este enorme ejercicio de periodismo estaba muy lejos de querer ser periodista, pero me impresionó tanto su lectura que desde entonces lo cuelo siempre entre mis libros favoritos. García Márquez es una de las figuras centrales de la literatura del siglo XX y Crónica de una muerte anunciada (para mí su mejor obra), El coronel no tiene quien le escriba o Cien años de soledad son inmortales, y, más allá de su famosa frase, el Nobel y su impacto como novelista, el amor de Gabo por el periodismo fue uno de los ejes de su vida y de su obra. Excelente cronista, en este relato sobre las oleadas de secuestros en Colombia, García Márquez exhibe su talento como periodista, engancha con las historias cruzadas de todos los protagonistas, ofrece diversos puntos de vista y analiza y subraya las aristas de un fenómeno que conmocionó a su país y que él hizo visible cuando ya era uno de los grandes de la literatura universal.

2.- Lacrónica. Martín Caparrós

Recopilación de crónicas del autor elaboradas a lo largo de más de treinta años de profesión y, paralelamente, un manual de periodismo indispensable. Caparrós usando de modelo sus textos va dando pequeñas lecciones sobre el oficio y nos adentra en el mundo de la crónica, un género que él mismo reconoce que se ha convertido en una moda tendente a vaciarse de aquello que lo convirtió en referencia, pero que constituye el corpus de su trabajo y el de otros muchos periodistas. La defensa de la subjetividad o no, las herramientas para acercarse a la realidad cuando te es totalmente desconocida; el recuerdo de cuáles deben ser las bases del, sobre todo, buen periodismo; la defensa de que la crónica es otra manera de acercarse a un hecho noticioso; o cómo la anécdota puede ser lo más valioso para describir un lugar, un hecho o una persona son lecciones que se mezclan con sus extraordinarios trabajos.

3.- Plano americano. Leila Guerriero

Otro ejemplo de la calidad del periodismo de crónicas que habita en Argentina. Siento debilidad por esta autora y en este volumen recopila los perfiles de personalidades del mundo de la cultura sudamericana que ha ido publicando a lo largo de los años. Algunos de esos retratos nacen de la experiencia directa de Guerriero al entrevistarse con los protagonistas, en otros se basa en la mera recopilación de los testimonios de los que conocieron al retratado, en otros es una mezcla de ambos planteamientos, pero en todos ellos lo que sí se transpira es un talento enorme para ir más allá de un perfil al uso y es palpable el gran trabajo de investigación y documentación que realiza la autora en cada caso. Sus impresiones, la constante presencia de los detalles y las descripciones de los lugares que acogen a los protagonistas o la mera elección de qué contar sobre la vida de alguien que, en algunos casos, ha sido un personaje enormemente público, hacen de este libro una auténtica gozada para quien se dedica a contar lo que ve, escucha o siente.

4.- El adversario. Emmanuel Carrère

Si pueden, lean todo lo que caiga en sus manos de este autor. Un descubrimiento tardío, supongo, pero pocas veces un escritor me ha suscitado tanto entusiasmo. El adversario es un trabajo tan impresionante que cuando acabas de leerlo no sabes si has estado enganchado al suceso que narra, a sus protagonistas, al propio Carrère por el modo en que se implica y desnuda como persona y como autor, o al conjunto de un texto que a partir de un hecho real describe el camino del escritor intentando descubrir las motivaciones de un crimen que conmocionó a Francia. Y es en ese camino donde Carrére hace de periodista investigador, pero también muestra su propio proceso que le lleva a debates morales internos, a dudas, a empatías que le repugnan o atraen y todo a un ritmo que te hace estar pegado e insomne a sus páginas. Hay un recopilatorio reciente de otros textos más allá de sus novelas de no-ficción titulado Conviene tener un sitio adonde ir, también muy recomendable; en concreto, contiene un texto muy famoso sobre el fracaso de su entrevista a Catherine Deneuve que, sin buscarlo, se convierte en una muy buen enseñanza periodística. Por descontado decir que ya no es solo qué cuenta, sino cómo lo cuenta lo que hace a este autor ser una de las grandes estrellas de la literatura francesa actual.

5.- A sangre fría. Truman Capote

Refundación del periodismo que el famoso autor convirtió en obsesión y calvario creativo, pero que lo encumbró para siempre. Como en el caso anterior, el viaje hacia los hechos y los protagonistas de un crimen sangriento se transforma en un tour de force para llegar hasta el fondo de un suceso que conmocionó a la sociedad norteamericana ante la falta de motivación del crimen. Al contrario que Carrère (el francés confiesa que quería emular a Capote pero le fue imposible no implicarse) aquí el autor no es protagonista, trata de mantener la distancia, de presentar los hechos, los testimonios y las posibles causas huyendo de la primera persona, algo que generó muchísimas dudas en él porque se vio muy afectado por las entrevistas que realizó a los causantes de un crimen en apariencia sin sentido. Esa distancia no quita para que la narración en tercera persona omnisciente nos atrape y su realismo nos obligue a descubrir que lo que hizo Capote fue un reportaje periodístico con las técnicas de la narración literaria (siendo muy simplistas), algo que le llevó nada menos que siete años realizar.

6.- Honrarás a tu padre. Gay Talese

Como Capote, Talese es uno de los grandes del llamado Nuevo Periodismo norteamericano y este libro es también un enorme trabajo de investigación periodística narrado como si de una trepidante novela negra se tratase. Llena de detalles que hasta ese momento nadie había contado, Honrarás a tu padre es la historia de la familia mafiosa de los Bonanno, en cuyo entorno más íntimo se infiltró Talese durante seis años, tiempo en el que también viajó a Sicilia para construir un relato que describe las luchas internas, las estructuras de poder o las vidas privadas de los principales actores de la mafia de Nueva York. Tal fue el contacto de Talese con los Bonanno que el FBI llegó a sospechar que el periodista pertenecía de facto al clan mafioso y fue investigado por ello. Si uno se quiere acercar al inmenso talento de Talese de manera más rápida nada como leer (y releer) su famosísimo reportaje Sinatra está resfriado. Un lujo.

7.- El americano tranquilo. Graham Greene

Novela muy entretenida que describe la Indochina en guerra que el propio autor conoció en su labor como periodista. Sin ser un documento histórico, la novela refleja el ambiente, la situación política, el sarcasmo de periodistas y políticos o los manejos en la zona de Estados Unidos y Francia a través de las historias de unos personajes icónicos. Llevada al cine, como otras muchas obras del autor, esta novela fue un éxito enorme y en ella Greene explota su faceta de periodista observador y no duda en exponer al lector el modo en que se cubrían ese tipo de conflictos en la época. Así, cuenta cómo los militares coordinaban qué se podía ver de la guerra y qué no, con los propios periodistas aceptando ese juego y la manera en que los medios reflejaban solo en parte lo que sucedía, sin ahondar en eso tan escurridizo para el periodismo como es la verdad. Sin duda, contradicciones y problemas que hoy en día están presente en cualquier conflicto.

8.- Homicidio. David Simon

Enorme volumen (700 páginas) que recoge el trabajo de un periodista mundialmente conocido por su labor como creador y guionista de series, pero que en esta ocasión se centra en el año que estuvo ‘empotrado’ como periodista en la unidad de homicidios de la policía de Baltimore. De este trabajo surgió una serie de televisión de la que se rodaron siete temporadas y Simon después sería todavía más conocido por ser el creador y guionista de la serie The Wire. A través de varios personajes y sus historias en la citada unidad policial, Simon muestra todo un catálogo de situaciones reales que lo encumbraron como periodista y otorgó a su periódico, Baltimore Sun, un prestigio aún mayor. Su poder de observación y de dramatización es enorme, lo que no lo aleja del objetivo de reflejar de manera muy realista el día a día de un lugar en el que sus protagonistas conviven con la violencia y las miserias humanas más escabrosas.

9.- Una novela criminal. Jorge Volpi

Premio Alfaguara 2018 de novela, Volpi recopila, pero también realiza sus propias elucubraciones sobre los acontecimientos que marcaron un hecho que estuvo, entre otras cosas, a punto de que se rompieran las relaciones diplomáticas entre Francia y México. A partir de la historia de la resolución de una serie de secuestros en los que se implicó a una ciudadana francesa, el escritor, tras una investigación de varios años, nos presenta la situación caótica y corrupta de la política, la justicia e, incluso, de los medios de comunicación de su país. Además, sin dejar de plantearse dudas sobre qué fue lo que realmente pasó expone el estado de miedo y terror que vivió y vive México bajo un clima de violencia enorme y que nadie parece poder poner freno. Ingente labor de recopilación de datos, sentencias judiciales, entrevistas con protagonistas que conforman una obra que se lee como si fuera una novela de ficción.

10.- Fariña. Nacho Carretero

Amplísimo reportaje sobre de fenómeno del narcotráfico en Galicia y que se ha convertido en una serie televisiva de éxito en España centrada en uno de los grandes capos gallegos, Sito Miñanco, aunque Fariña va mucho más allá de la historia del famoso narco. La extensa recopilación de hechos y testimonios muestra cómo el contrabando estaba tan asentado y asumido socialmente en muchas partes de la costa gallega que la zona corrió el peligro de convertirse en una nueva Sicilia. Como en otros tantos textos de esta lista de recomendaciones, la realidad parece ficción y el asombro ante la impunidad de unos narcotraficantes que hicieron de Galicia la más importante entrada a Europa de hachís y, sobre todo, de cocaína se topa a mitad del relato con la reacción social, política y judicial que, no obstante, no acabó del todo con un negocio que hoy en día sigue vigente. Este libro estuvo fuera del circuito comercial por la denuncia, después archivada, de un alcalde por aparecer reflejado en unos hechos probados por la justicia.

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